Las tarjetas de crédito pueden ser herramientas útiles para gestionar tus finanzas, siempre y cuando se usen de manera adecuada. Sin embargo, un mal uso de ellas puede generar una serie de problemas que afectan tu capacidad de ahorro y te exponen a pagos de intereses y comisiones innecesarias.
Cosas que debes evitar, sí o sí, al usar tu tarjeta de crédito
Existen prácticas comunes que muchos pasan por alto al usar sus tarjetas de crédito y que pueden llevarte a gastar más de lo necesario. Si tu objetivo es ahorrar y mejorar tu situación financiera, evita utilizar tu tarjeta de crédito de esta forma.
1. Usar la tarjeta para gastos diarios
Uno de los errores más comunes es utilizar la tarjeta de crédito para gastos diarios, como el supermercado, la gasolina o pequeñas compras rutinarias. Aunque puede parecer inofensivo, estos gastos se acumulan rápidamente y pueden llevarte a utilizar un porcentaje elevado de tu límite de crédito. Este tipo de uso no solo puede provocar que gastes más de lo que realmente tienes, sino que también aumenta el riesgo de pagar intereses elevados si no liquidamos la deuda a tiempo.
Alternativa: Para los gastos cotidianos, lo ideal es utilizar dinero en efectivo o una tarjeta de débito. Así, mantienes el control sobre lo que gastas y reduces la dependencia de la tarjeta de crédito para los gastos diarios.
2. Pagar solo el mínimo
Pagar únicamente el pago mínimo es una de las prácticas más peligrosas para tus finanzas y una de las principales causas de deuda prolongada. Al hacer esto, estás extendiendo el plazo de pago y permitiendo que los intereses acumulen un saldo cada vez mayor. Esto no solo dificulta el ahorro, sino que también te deja con una deuda que puede durar meses o incluso años en ser liquidada.
Alternativa: Siempre que sea posible, intenta liquidar el total de tu deuda cada mes. Si no es viable, haz un esfuerzo por pagar más del mínimo para reducir el impacto de los intereses y liberar tu crédito más rápido.
3. Financiar compras de lujo o impulsivas
El uso de la tarjeta de crédito para financiar compras impulsivas o de lujo es otro error frecuente. Aunque puede ser tentador adquirir productos caros en cuotas o a crédito, estas compras pueden salirse de control rápidamente, especialmente si no se tiene un plan de pago concreto. Al final, estarás pagando más por estos artículos debido a los intereses acumulados.
Alternativa: Antes de hacer una compra importante, evalúa si realmente la necesitas y si puedes pagarla en su totalidad sin recurrir al crédito. Un buen hábito es esperar 24 horas antes de tomar la decisión, lo cual ayuda a reducir las compras impulsivas.
4. No aprovechar el periodo sin intereses
Muchas tarjetas de crédito ofrecen un periodo sin intereses que puede variar entre 30 y 45 días. Sin embargo, algunas personas no aprovechan este periodo y dejan que su deuda genere intereses innecesariamente. Usar la tarjeta dentro del periodo sin intereses te permite aplazar el pago sin incurrir en costos adicionales, lo cual es beneficioso si se realiza con control.
Alternativa: Aprovecha el periodo sin intereses planificando tus compras para que puedas pagarlas dentro de este plazo. Esto te permite gestionar el crédito sin pagar intereses y mantener un control sobre tus finanzas.
5. Usar la tarjeta en cajeros automáticos para retiros de efectivo
La mayoría de las tarjetas de crédito permite hacer retiros de efectivo, pero esta opción suele implicar comisiones elevadas y altos intereses que comienzan a acumularse de inmediato. Utilizar el crédito para obtener dinero en efectivo debe ser la última opción, ya que es una de las formas más caras de usar la tarjeta y puede afectar negativamente tus finanzas.
Alternativa: Si necesitas efectivo, intenta recurrir a tu tarjeta de débito o a tus ahorros. Evita usar la tarjeta de crédito en cajeros automáticos, ya que los costos asociados son mucho mayores.
Evitar estos errores al usar tu tarjeta de crédito es fundamental si quieres ahorrar más y evitar deudas innecesarias. La clave está en usarla de manera consciente y en tener un plan claro para el pago de los saldos pendientes.